Tengo que ser honesta y contarles que la inspiración para escribir se perdió no se en donde por un par de semanas.
Estaba buscando un tema que sea interesante, que tenga contenido de valor, que inspire y motive, pero no llegaba; hasta que un día mirando los premios Billboard Music Awards que realizan en Estados Unidos me quedé sorprendida y hasta sentí tristeza por lo que veía.
Antes de contarles detalles tengo que decir que desde que el COVID-19 a nuestras vidas todo cambió y algunas cosas se transformaron para siempre, y no tenemos otra opción que empezar a acostumbrarnos y encontrar la forma de vivir con esto; reenfocando nuestros proyectos y labores cotidianas. A muchas personas a afectado desde su parte emocional y hasta su estabilidad económica sembrando un mar de incertidumbre.
Continuando con el tema de la premiación, este evento se estaba transmitiendo en vivo con poco público en el estudio y obviamente un enorme despliegue tecnológico para quienes no pudieron asistir y para los millones de televidentes que buscaban saber quienes serían los premiados.
Cuando vi a las bailarinas que acompañaban a un par de cantantes que se estaba presentando me quedé sorprendida, algo no encajaba, eran mujeres con un físico envidiable, bailaban espectacular tomando en cuenta que son profesionales en esa área. Pero, su rostro estaba cubierto solo se podían ver sus ojos y el brillo destellante de esas lujosas mascarillas que trataban de combinar con su atuendo, y digo trataban porque es algo inusual, algo que nunca me imaginaría podría ser parte de tu vestimenta, pero por la situación actual por la que atravesamos a propósito de la pandemia no tenían otra opción sino usarlas.
Sinceramente, más allá de si combinaban o no con la vestimenta, caí en cuenta que una de las partes más lindas de su rostro ya no se podía apreciar, que sus expresiones estaban cubiertas y no se podía ver cuanto estaban disfrutando formar parte de ese increíble evento. Su sonrisa, fue sustituida por lujosas mascarillas y fue ahí cuando entendí porque muchas personas decían sentirse limitadas, tristes, y entre otras cosas que conducen a la depresión.
Las sonrisas que sustituían un saludo en un ascensor, o un “permiso voy a pasar” no están más y no sabemos cuando van a regresar, lo que si sabemos es que cada vez nos distanciamos más, que la tecnología se adueño de nuestra vida, y que nuestra forma de llevar el día a día se convierte en un reto.
Ahora más que nunca tratar de generar comunicación apropiada es muy importante, que seamos claros en nuestra forma de decir las cosas, que expresemos lo que realmente pensamos para que no se preste a interpretaciones y evitar la especulación. Que la tecnología y las redes sociales son sean las que conducen nuestra vida.
Les invito a pensar y trabajar para que la sinceridad, el respeto, la transparencia sean parte de nuestra nueva realidad.
Eso y otros valores más nos van a ayudar a seguir siendo humanos y no convertimos en robots post pandemia.
Déjame en los comentarios – Te leo.